Las lesiones por daño cerebral traumático pueden producirse como resultado de casi cualquier tipo de accidente. A veces, ni siquiera hay un trauma directo a la cabeza. Las lesiones cerebrales pueden abiertas, cuando algo penetra el cráneo o el cerebro, o pueden ser cerradas, sin penetración o fractura. Algunas causas comunes de daño cerebral son:
Es el tipo de daño cerebral más común. Una conmoción ocurre cuando el cerebro impacta con el hueso del cráneo. Las conmociones son temporales, pero si suceden en forma repetitiva pueden resultar en lesiones permanentes, como las sufridas por algunos exjugadores de fútbol y boxeadores.
El hematoma es un coágulo de sangre que se desarrolla fuera de los vasos sanguíneos. Al igual que el edema, un hematoma puede provocar una presión grave al cerebro.
Hay dos tipos de hemorragia cerebral. La primera es la hemorragia subaracnoidea, que consiste en un sangrado alrededor del cerebro. El dolor de cabeza y vómito se asocian, con frecuencia, con una hemorragia subaracnoidea. La otra es la hemorragia intracerebral, que implica sangrado dentro del propio tejido cerebral y provoca el peligroso problema de la presión.
Esta lesión cerebral traumática no produce sangrado. Es causada por el desgarre de tejido cerebral que causa la lesión. Este daño es asociado frecuentemente con las colisiones de vehículos y el síndrome del bebé sacudido. Es potencialmente fatal.
Además de estar momentáneamente inconsciente, los síntomas de daño cerebral traumático menor podrían no manifestarse durante días, semanas o incluso meses después del trauma. Son ampliamente variables y pueden incluir:
La escala de coma de Glasgow es una prueba neurológica utilizada por los médicos para evaluar el estado mental de una víctima después de una lesión en la cabeza. De acuerdo a los resultados de las pruebas, las lesiones son clasificadas en leves, moderadas o graves. Un médico evaluará, también, cualquier señal objetiva de lesiones, como cortadas, abrasiones, moretones e inflamación. Además, se realizará una evaluación neurológica. La víctima podría someterse a pruebas radiológicas, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, para buscar signos de lesión cerebral.
Dependiendo de la naturaleza y extensión de la lesión cerebral traumática, existe un amplio espectro de tratamientos.
Las lesiones cerebrales leves podrían tratarse sólo con aspirina o Tylenol y reposo. Se debe evitar el Ibuprofeno ya que éste podría estimular cualquier sangrado. Las víctimas deben permanecer bajo observación en casa por cualquier síntoma nuevo que pudiera surgir, o por un aumento de los síntomas. La mayoría de las personas regresa a sus actividades diarias en un tiempo relativamente corto.
El tratamiento para traumatismos cerebrales leves y moderados en la sala de urgencias se enfoca en reducir el daño cerebral adicional como consecuencia de la hinchazón, el sangrado o la reducción del suministro de oxígeno. Para aliviar la presión dentro del cerebro se pueden usar medicamentos diuréticos. Las lesiones cerebrales moderadas a graves también conllevan el riesgo de convulsiones. Por esa razón, se pueden administrar medicamentos que puedan prevenir las convulsiones durante un período de tiempo posterior a la lesión. Para ayudar a aliviar la presión sobre el cerebro y suministrarle oxígeno y nutrientes, los médicos pueden colocar a un paciente con lesión cerebral traumática en coma inducido.
En caso de emergencia podría ser necesaria la neurocirugía, con el propósito de prevenir un mayor daño al cerebro. Las cirugías más comunes, tras un daño cerebral traumático comprenden:
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